Daño emergente: cálculo de perito en la solución de conflicto
¿Qué es el daño emergente?
El daño emergente se utiliza en el derecho civil y comercial para definir las pérdidas sufridas por una persona debido a la acción u omisión de otra. A su vez, en el Código Civil Colombiano se define en el artículo 1611. Este, se refiere a los daños directos o concretos que se pueden medir y cuantificar en términos monetarios como la compra y venta de empresas.
¿Quién hace el cálculo?
El cálculo debe ser hecho por un perito financiero con experiencia en contabilidad y finanzas. Las habilidades analíticas, experiencia en cálculos financieros y conocimientos sobre índices económicos son esenciales. Por su parte, el cálculo debe estar soportado con documentación clara y verificable. Asimismo, los resultados del cálculo deben ser razonables y proporcionales al daño sufrido.
Cabe resaltar que las reclamaciones en litigios comerciales y civiles requieren de equipos de soporte conformados por diferentes profesiones. Igualmente, es esencial el trabajo coordinado entre los equipos jurídico y financieros; para la definición de la estrategia, desarrollo y documentación. Mientras que la experiencia y conocimiento previo del perito en cálculos de daños resulta de gran importancia. Además, la precisión, la claridad y el compra y venta de empresas soporte del dictamen en cuanto al cálculo de daños emergente aportan en esta labor. En resumen, se requiere de la participación de un perito financiero y contable que tenga experiencia tanto en finanzas como en contabilidad. Esto, con el objetivo de apoyar en la realización de los diferentes tipos de cálculos requeridos.
Actualización del valor
Así, el valor debe ser actualizado desde la fecha del evento hasta el momento del dictamen. También, debe tener en cuenta el índice de precios al consumidor (IPC) u otro índice económico. Este índice se puede obtener por medio de fuentes confiables, como el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) en Colombia.
En resumen, el daño emergente se refiere a las pérdidas directas y concretas que se pueden cuantificar en términos monetarios. Dicho cálculo es realizado por un perito financiero con experiencia en contabilidad y finanzas. Por esto, debe estar directamente soportado por pruebas sólidas, así como documentación clara y verificable. En conclusión, la actualización del valor debe ser desde la fecha del evento hasta la fecha del dictamen que es cuando se calcula con índices económicos.