Captura de carbono: ¿qué es y cuál es su importancia?
La captura de carbono se presenta como una solución a los desafíos globales de descarbonización y Net Zero, pues este proceso tecnológico tiene el potencial de reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Adicionalmente, contribuye a la reversión de algunos impactos ya generados por ellas. A continuación, se detalla cómo funciona esta tecnología, sus aplicaciones prácticas y los retos que enfrenta en su implementación.
¿Qué es la captura de carbono?
La captura de carbono es un proceso que permite recolectar CO2 directamente de fuentes emisoras o del aire. Una vez capturado, se almacena de forma segura o se reutiliza. Con ello, brinda flexibilidad en la adaptación a un sistema energético bajo en carbono. Además, ayuda a combatir el cambio climático.
En general, este proceso permite cumplir con las metas climáticas, ya que reduce las emisiones de CO2 de fuentes difíciles de eliminar. Además, facilita la transición hacia energías renovables. Así, es clave para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, que apunta a un futuro de operaciones negativas en carbono.
Tecnologías para capturarlo
Existen diversas tecnologías para la captura de CO2, cada una con sus propios usos y eficiencias:
Captura poscombustión. Se intercepta el CO2 de los gases de escape tras la quema de combustibles fósiles. Para ello, se utilizan solventes químicos. Luego, se separa el CO2 y se comprime para su almacenamiento o uso. Se utiliza comúnmente en plantas de energía y procesos industriales.
Captura precombustión. El CO2 se separa antes de la quema del combustible, con lo cual se convierte en un gas de síntesis. Este proceso facilita su captura y almacenamiento. También reduce las emisiones antes de que alcancen la atmósfera. Es eficaz en plantas que utilizan gas natural o carbón, y ofrece una solución proactiva para mitigar el impacto ambiental.
Captura de aire directo. El CO2 se extrae directamente del aire ambiente mediante sistemas de filtración química. Una vez se logra capturarlo, se puede almacenar de forma segura o reutilizar en diversas aplicaciones industriales. Especialmente, en dos de ellas. En agricultura se utiliza para estimular el crecimiento de plantas en invernaderos. Esto mejora la eficiencia de la fotosíntesis y aumenta el rendimiento de los cultivos. También se aplica en mineralización, donde el CO2 se convierte en minerales estables, como el carbonato. Estos se pueden usar como materiales de construcción.
Desafíos del proceso
A pesar de su potencial, la captura de carbono enfrenta varios desafíos. Entre ellos, se encuentran los siguientes:
Costos. Son un reto debido a la necesidad de tecnología emergente y la escala de implementación requerida. Asimismo, el alto consumo energético de los procesos y la falta de precios de carbono que reflejen su impacto ambiental real hacen que la inversión sea menos atractiva. Reducirlos requiere esfuerzos conjuntos en investigación, desarrollo y políticas de apoyo.
Infraestructura. La alta inversión inicial y la complejidad técnica y logística complican el proceso. Además, ubicar y construir instalaciones cerca de emisores y sitios de almacenamiento añade otras dificultades y costos. Por último, la escala necesaria para que tenga un impacto significativo obstruye su implementación y expansión.
Almacenamiento. Existe un desafío en las opciones de almacenamiento seguras debido a la prohibición de difundir CO2 en los océanos. La razón de la restricción tiene que ver con el riesgo de acidificación oceánica y la falta de garantía sobre la contención permanente del CO2.
Sin duda, la inversión y el apoyo político son fundamentales para acelerar la adopción de esta tecnología. En ese sentido, los incentivos económicos, como los bonos de carbono y las políticas de precios del CO2, desempeñan un papel crucial en la viabilidad económica de la captura de carbono. Además, la cooperación internacional y el intercambio de conocimientos y tecnologías son claves para implementar soluciones a escala global.
El futuro de la captura de carbono
La captura y almacenamiento de carbono se destaca como una herramienta crucial dentro de cualquier estrategia de sostenibilidad. Aunque enfrenta desafíos significativos, su potencial para reducir las emisiones de CO2 y contribuir a la reversión del cambio climático es indiscutible. Con el apoyo adecuado, la inversión en tecnología y la cooperación a nivel internacional, la captura de carbono podrá desempeñar un papel crucial en la transición hacia un futuro más sostenible y de bajas emisiones de carbono.
Referencias bibliográficas
Santibañez González, E. (2014). Captura y almacenamiento de carbono para mitigar el cambio climático: modelo de optimización aplicado a Brasil. Revista Internacional de Contaminación Ambiental, 30(3), 235-245.
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